El millonario filántropo

Daniel Manzano Diosdado

Era un día normal en mi aburrida vida. Hacía ya más de cinco años que estaba en la residencia de ancianos. Nunca pasaba nada. Mi vida no era más que una lenta espera, espera del día en que me acostara y no me volviera a levantar. Mi mayor excitación en ese momento era pensar que ese día tocaba pudding de postre en el comedor.

- Walter, cuéntale a mi hijo eso de que eras millonario y que lo perdiste todo. -Me dijo uno de mis compañeros, un octogenario bastante lúcido, al menos bastante lúcido en comparación con los demás.-

- Otro día, John. Voy al comedor.

Así eran todas mis conversaciones día tras día. No me gustaba la televisión, ni internet, lo único que me entretenía era leer la prensa todas las mañanas.
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El fin de Dios

Daniel Manzano Diosdado

- Almirante, ya estamos en órbita.

El Almirante levantó una mano indicando que lo había oído y siguió atento al monitor. El ambiente era tan tenso como había imaginado. La tripulación, militares experimentados todos, casi no respiraba. Era algo previsible, a fin de cuentas en menos de dos horas iba a comenzar la operación militar más importante de la historia de la humanidad.

- Estaré en mi dependencia revisando el plan de ataque. – Dijo el Almirante.

Piratas

Daniel Manzano Diosdado

- Señor.  -El radar ha detectado algo extraño.- Parece una nave, pero desde luego no es de las nuestras.

El capitán lo miró sorprendido. Llevaba más de diez años al cargo de esta nave, haciendo esta misma ruta entre la Tierra y la Colonia 2 y nunca había tenido ningún problema. Por otra parte los tiempos estaban cambiando, y él lo sabía.

- Mande una señal de aviso. Exija identificación.

El  oficial dio la orden al ordenador.

Azar

Daniel Manzano Diosdado

Aquel día empezó como cualquier otro. Julia salió de su casa temprano en dirección a la Escuela de Spintrónica, donde trabajaba. Le gustaba llegar temprano para poder desayunar allí y que los alumnos pudieran interactuar con ella. Era importante que la sintieran cercana y accesible. Sobre todo en los tiempos tan complicados que corrían. Ese día, sin embargo, no llegaría a la escuela.

Inteligencia Cuántica

Daniel Manzano Diosdado

La sala estaba oscura y un poco fría. A Jean no le gustaba en absoluto el entorno, le hacía sentirse incómodo, pero estaba dispuesto a soportarlo con tal de seguir en el proyecto. No olvidaba que era el primer psicólogo al que dejaban participar. Llevaba ya más de tres meses, y era sin duda el proyecto de su vida. En la sala había un terminal que daba acceso al superordenador más importante del momento.

- Hola, Joshua.

Mutantes

Daniel Manzano Diosdado

Bruce

Nunca olvidaré el día que conocí a Rachel. Fue el día en que mi vida cambió. De hecho, también fue el día en que su vida cambió. Nunca he sido especialmente inteligente, no llego a ser como un humano, pero creo puedo influir en las cosas. Eso es lo que Rachel me ha enseñado, que puedo hacer más cosas que las que pensaron cuando me diseñaron.

Era mi primer día como relaciones públicas en la mina de diamante.

Spintrónica

Daniel Manzano Diosdado

El comedor de la Escuela Técnica de Spintrónica de la tercera colonia estaba bastante en calma. Aún quedaba una semana para el comienzo del nuevo curso y no se encontraban las decenas de estudiantes que solían reunirse allí para comer, estudiar o, y principalmente, charlar. Entre el ir y venir de alumnos y profesores sueltos sólo un grupo, tres chicos y una chica, permaneció en una mesa durante bastante más tiempo.

Neurociencia. Capítulo III

Daniel Manzano Diosdado

- ¿Una copa de champán?

Pietro miró al señor Gordon y afirmó. ¿Por qué no? Estaban de celebración al fin y al cabo.

- Nunca dudé del éxito de nuestra colaboración. -Dijo el jefe mafioso.

"Mentiroso", pensó Pietro. "Dudas ahora mismo, por eso me has traído aquí. Incluso después de que ya hayas ganado más de un millón de dólares gracias a mí."

- Yo tampoco. -Respondió, y sonrió.

Neurociencia. Capítulo II

Daniel Manzano Diosdado

La noche era bastante fría, pero agradable. Pietro miró al cielo y se sintió más joven por un momento. Estaba todo lleno de estrellas. En la ciudad rara vez se paraba uno a mirar las estrellas, y nunca se veían tantas. Debería buscarme algo en las montañas para mi jubilación, pensó. Entonces, un golpe en el brazo lo devolvió a la cruda realidad. Había que seguir andando.

Ciertamente hacía mucho frío.

Neurociencia. Capítulo I

Daniel Manzano Diosdado

- Parece un mapa cerebral normal. - Dijo Pietro mientras ojeaba los papeles.- Un sujeto de unos treinta años. Aparecen varias reestructuraciones periódicas, no invasivas, en los últimos cinco años.

Se quitó las gafas de cerca mientras se frotaba los ojos. Este trabajo cada día le cansaba más, se sentía ya viejo para hacer lo mismo una y otra vez. Levantó la mirada y miró al señor Gordon, jefe del sindicato del crimen más famoso de la ciudad.
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